Que nuestras viviendas sean hoy
más confortables, estables y seguras que hace varios siglos es fruto, en gran
medida, de la evolución que han sufrido los materiales de construcción. A lo
largo de estos años hemos observado cómo se han introducido mejoras en un gran
abanico de productos, muchos de ellos
derivados de la piedra de
yeso, adaptándose a los nuevos azulejos y baldosas que han ido apareciendo
en el mercado.