martes, 24 de septiembre de 2019

Los mejores materiales para construir tu chimenea


El lunes 23 de septiembre comenzó el otoño, una estación muy esperada para los amantes del frío y las costumbres propias de esta nueva etapa del año. Precisamente, una de las más típicas es disfrutar del calor de una buena chimenea cuando las temperaturas comiencen a descender (algo que tarde o temprano llegará). Si eres de los que te gusta sentarte cerca de una de ellas pero aún no cuentas con una chimenea en tu vivienda, desde nuestra experiencia como polvero en Sevilla queremos hablar hoy sobre los materiales más adecuados que debes utilizar para tener una chimenea de revista.


Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir los materiales es que de ellos no solo influirá la resistencia estructural de la chimenea, sino también la facilidad de su limpieza y mantenimiento, pues hay unos que facilitarán más que otros esta tarea.

Generalmente las chimeneas de tiro de las viviendas tradicionales (en muchos pueblos aún las conservan) estaban fabricadas en materiales cerámicos muy resistentes a los cambios de temperaturas y aislantes muy potentes como azulejos, ladrillos y hormigón. Incluso, estos no sufren tanta dilatación con el calor como los metales. Todas estas propiedades los convirtieron en los materiales más empleados para la construcción de chimeneas.

Con el paso del tiempo, estos materiales fueron quedando en desuso ya que presentaban varios inconvenientes que dificultaban el mantenimiento rutinario como, por ejemplo a la hora de deshollinar el tiro. Debido a su superficie rugosa contribuían a acumular muchos residuos y hollín en ellos (con el potencial riesgo de provocar un incendio que ello supone). En este sentido, las superficies metálicas son mucho más lisas y, por tanto, ayudan a que las herramientas de limpieza se deslicen mejor.

Actualmente existe una normativa para regular en cierta medida la expulsión de humos al exterior, algo que hay que cumplir a ciertos edificios. Esta normativa fue creada en el año 2003 bajo las siglas UNE-EN 1443 con el objetivo de garantizar que todas estas construcciones cumplen con unos requisitos mínimos de resistencia a la temperatura, humedad, corrosión y otros factores. Además, dicha norma recoge los distintos tipos de chimenea que pueden construirse, ya sean de tipo modular o a medida. No hay que olvidar tampoco que las chimeneas metálicas cuentan con su propia regulación (UNE-EN 1856 y UNE-EN 1856-2) que se encarga de normalizar las de tipo modular, así como sus conductos interiores (dependiendo del tipo de chimenea serán unos u otros, pues no es lo mismo una chimenea de gas que una de pellets).

Aparte de los materiales metálicos como los tubos galvanizados, vitrificados o de acero inoxidable, hay otros que siguen vigentes hoy en día para este tipo de construcciones. Los más habituales son el cemento, la arena (o mortero ya preparado), el yeso, agua, ladrillos refractarios (aquellos que están fabricados especialmente para soportar altas temperaturas), o los ladrillos para tabicar. Con todos estos materiales de construcción se podrá construir la “carcasa” donde podrá ir alojado un kit de chimenea metálico, si se cuenta con él (en el mercado los hay disponibles desde 200 euros).

En cuanto a su aspecto exterior, para enriquecerlo, se pueden incorporar prefabricados de escayola, pladur, baldosas de piedra sintética, pizzara o mármol, así como ladrillos refractarios.

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