A
la hora de construir o reformar nuevos edificios se usan diversos materiales que son aislantes térmicos para
evitar que la electricidad, la humedad, el calor o el sonido se cuelen en el
interior de la vivienda. Además de esto, puesto que en Europa una cuarta parte
del consumo de energía se lleva a cabo en el ámbito residencial, el aislamiento
de los edificios debe ser esencial para el adecuado aprovechamiento de esta.