martes, 1 de agosto de 2017

Todo lo que debes saber sobre los morteros

En esta ocasión vamos a hablar de uno de los materiales de construcción más utilizados en todas las obras y reformas, pues su uso es muy variado tanto para agarre como para unión de materiales. De hecho, los morteros son necesarios para levantar paredes y muros, cubrir superficies, revestimientos, así como adhesivos e impermeabilizantes, entre otras utilidades.



Básicamente, los morteros son la masa hecha a través de la mezcla de arena, agua y algún conglomerante como el cemento, yeso o cal –los más comunes– a los que se añade algún aditivo como plastificantes, emulsionantes o impermeabilizantes para potenciar algunas propiedades.

En cuanto a su preparación, suele ser bastante sencilla, pues basta solo con mezclar el conglomerante con la arena, verter agua en el centro del compuesto, remover y dejar reposar el compuesto el tiempo recomendado por el fabricante. El periodo de utilización suele rondar una hora, aunque la temperatura exterior puede prolongar o reducir este tiempo significativamente.

Tipos de morteros


En el mercado y tiendas de bricolaje, se pueden encontrar hoy en día multitud de tipos de morteros. A continuación vamos a detallar los más comunes:

Cemento


Cemento gris: es, sin duda, el más utilizado en la construcción por su gran versatilidad. De origen mineral, durante su proceso de fabricación se le añaden otros productos para conseguir todas sus propiedades para construir paredes, enfoscar, crear hormigones, cimientos… Se comercializa en polvo muy fino dentro de sacos y puede mezclarse con distintos tipos de arenas y gravas según la utilidad que se precise.

El hormigón es una de las mezclas más empleadas, sobre todo, para cimientos o muros y crear columnas o vigas. Se trata de la masa formada por cemento, arena de construcción, agua y grava en la que suelen embutir mallas metálicas de acero para darle mayor resistencia y robustez. Para conseguir una masa homogénea es recomendable emplear una hormigonera profesional y seguir los pasos indicados por el fabricante.

El cemento gris mezclado con grava y arena forma el hormigón
Cemento blanco: aunque tiene menor resistencia que el anterior, debido a su apariencia es bastante utilizado para operaciones decorativas y como base para morteros de cal.

Cemento rápido: cemento fabricado especialmente para un fraguado más rápido y mayor resistencia. Se emplea para reparaciones en zonas húmedas o en momentos en los que se necesita un endurecimiento veloz.

Morteros


Dentro de este tipo hay multitud de preparados. Generalmente, se trata de la mezcla de agua, áridos, cemento y cal con la que se logra una gran adherencia y fortaleza de los materiales.

Mortero de cemento: es el más polivalente y empleado. Está compuesto por la mezcla de cemento gris con diferentes tipos de áridos. Según sea esa combinación y la proporción de los componentes, tendrá un destino de uso u otro. Un mortero con gran carga de cemento puede agrietarse durante el tiempo de secado, mientras que uno rico en arena puede presentar problemas de agarre.

Mortero de cal: en la antigüedad era la mezcla más utilizada, lo que contribuye a que hoy en día tenga un uso destacado en la restauración de construcciones antiguas. Se trata de una mezcla de cal, áridos y agua muy útil para otras tareas como enfoscado decorativo de paredes interiores o exteriores, ya que admite su coloración a través de pigmentos.

Mortero seco: es bastante práctico porque ya se comercializa mezclado (cemento gris y arena de grano fino). Es también prácticamente multiuso y, sobre todo, ahorra tiempo de preparación.

Mortero refractario: está especialmente fabricado para resistir altas temperaturas y la combustión. Se utiliza para la construcción de hornos y chimeneas, entre otros.

Mortero cola: son aquellos indicados para la colocación y agarre de piezas cerámicas y baldosas, pues están diseñados especialmente para ello. Cuentan propiedades como elasticidad y secado rápido, por lo que solo hay que preparar la cantidad que sea necesaria. En el mercado hay multitud de variedades en función del material sobre el que se van a emplear (losas porcelánicas, de gres…).

Plastes sintéticos: se trata de aquellas mezclas que ya vienen preparadas y listas para utilizar. Su uso más común es para enlucir o reparar imperfecciones en paredes. Contienen resinas sintéticas que los hacen elásticos y muy manejables.

Los morteros tienen múltiples utilidades como adhesivos o revestimientos


Yesos


Es otro material muy frecuente, sobre todo, en construcción y decoración para tareas como reparación de grietas, enlucidos o levantamiento de tabiques en interior. Los más empleados son el yeso, la escayola y la perlita. En el siguiente artículo puedes conocer todos los detalles de cada uno de ellos. En tu tienda de bricolaje los podrás encontrar en formato embolsado, muy práctico para pequeñas reparaciones en el hogar.

¿Cómo almacenarlos?


Lo habitual es comprar un poco más del material que se va a necesitar, por si surgen imprevistos o para efectuar reparaciones similares en un corto plazo de tiempo. En este sentido, si vas a guardar algún saco ya abierto, es muy importante hacerlo con este bien envuelto en plástico y, si es posible, despegado del suelo ya que el contacto directo del material con el aire o con una fuente de humedad hace que vaya perdiendo sus propiedades poco a poco (principalmente en periodos de almacenamientos largos). Como en casos anteriores, es más que recomendable seguir las indicaciones del fabricante.

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